Durante 60 años, Reebok ha fluido y avanzado hacia nuevos escenarios, necesidades y entrenamientos. Esta evolución se ve reflejada en sus productos, productos que gracias al diseño y la tecnología no has ayudado a lograr una mejor performance en nuestras actividades físicas. Esta filosofía de avance es el núcleo de todos sus activos ... bueno, casi todos.

El ecosistema de la marca y sus assets se han optimizado a lo largo de los años, pero el packaging sigue siendo el mismo concepto que una vez ya empaquetaron las primeras Classics, Foster o las míticas Freestyle.

En un escenario en el que las personas generan un promedio de 160 kg al año de desperdicio cuyo origien son los packagings, debemos tener un pensamiento más circular y volver a imaginar la idea y el objetivo de este activo, que es también el menor tiempo restante en la experiencia del usuario. Siendo “Always training” el core de nuestros assets, desde el Crossfit hasta las zapatillas, el packaging de nuestros productos podía convertirse también en un elemento útil para poder seguir entrenando.

TR Box, un packaging diseñado para ayudarnos a estar siempre entrenando, en cualquier lugar y cuaquier momento. Un cubo formado por 6 piezas de Xmaterial que, cuando se desarma, se convierte en un tatami, una herramienta para practicar múltiples tipos de entrenamientos y ejercicios como yoga, BPA, sentadillas o ejercicios aeróbicos.